En más de una ocasión he comentado que trabajo en un bufete de abogados, soy abogada, aunque trabajo para otros. En el bufete somos seis abogados y una administrativa. Dos son los dueños del despacho, otro, ya bastante mayor es el socio fundador, y aunque va un poco a su bola porque ya está jubilado sigue trabajando aquí. Los demás somos lo que se suele llamar colaboradores ( o hablando en plata trabajadores por cuenta ajena pero con todos los inconvenientes de un profesional liberal). De estos últimos yo soy la más antigua, llevo aquí más de tres años y medio.
También está mi compañera C que lleva aquí dos años y pico, entró aquí por enchufe, no es por meterme con ella, pero su marido es muy amigo, y cliente de los jefazos, por eso entró con la condición de trabajar media jornada, porque tiene niños pequeños. Es bastante apañada, la verdad, pero tiene una pachorra que no es normal. Para ella eso de los horarios no existe, lo mismo llega a las 11 que a las 11:30, lo mismo se va a las 13:oo que a las 14:00, y luego baja a tomar café casi todos los días o sale al banco o tiene que ir a notaría, es raro la mañana que no esté fuera más de una hora y aunque a los jefes no le hace demasiada gracia a ella le da igual. Pero bueno, ella se organiza su trabajo, muchas veces viene por la tarde o a primera hora de la mañana y lo va sacando.
Ante la avalancha de trabajo que se nos vino a finales del año pasado contrataron a P, un abogado con bastante experiencia. Y con el llegó el despiporre.
Yo hasta ahora no había sufrido lo que se llama machismo o agravios comparativos en el trabajo. Pero desde que P se incorporó al bufete, sé muy bien de lo que hablo.
En primer lugar, diferencias en los sueldos. Su porcentaje en las ganancias es mucho mayor, la explicación que nos han dado a eso, pues su reputada experiencia y su forma de asumir la responsabilidad, ha llegado aquí para supervisar las tareas de C y mías.
En segundo lugar, para el no hay horario ni fecha en el calendario, es decir, si a C , M ( la secretaria) y a mi nos controlan la hora de entrada, P llega a la hora que le sale de sus santos coj...
es cierto que muchas veces se queda aquí hasta las tantas de la noche, pero es que llega a trabajar a las seis de la tarde. Otras veces no viene, o se va antes, o hace lo que le da la gana.
En tercer lugar, ha tomado la costumbre de tomarnos a C y a Mi como si fuéramos niñas de colegio y va anotando todo lo que hacemos y no hacemos para que les conste a los jefes. A nosotras se nos exige unas cosas que al él se las pasan.
Todo esto me daría igual, si C y yo pudiésemos hacer lo mismo, es decir, poder llegar o irnos en función del trabajo que tengamos o de nuestras circunstancias personales, pero no, no es así a mi se me exigen 8 horas al día aquí, y si tengo que faltar algún día pues tengo que justificar esa falta.
Otro ejemplo, la semana que viene el caballero se va de viaje por lo que no vendrá en toda la semana, en cambio nosotras no podemos dejar de venir lunes martes y miércoles santo.
Y todos esos agravios comparativos por qué? Pues por MACHISMO, así de claro, las tres chicas del bufete lo hemos comentado en más de una ocasión, que a nosotras nos tratan de distinta forma, simplemente por ser mujeres.
Es cierto que mis compañeros varones tienen todos mucha más experiencia que yo, no lo niego ( también tiene más años) y desde luego la experiencia es un grado en esta profesión, pero el trato no nos diferencia por la experiencia, si no por ser mujeres y hombres.
Creo que mis jefes, que siempre me han respetado mucho, se fían ahora más de P, le pasan la mano en errores que comete (como todo el mundo P también se equivoca) y que a mi no me los perdonan y le permiten licencias que a mi, con todo el tiempo que tengo trabajado aquí demostrándoles fidelidad no me han permitido.
Quizá esto en las grandes empresas no suceda, no lo sé, pero esto es un pequeño despacho familiar y se nota muchisimo, pero aquí si no estás a gusto hay una solución....... coge la puerta. Y claro no está la cosa pa perder el trabajo.
Además yo estoy a gusto con mi trabajo, con lo que hago, con mis compañeras, incluso con P me llevo bastante bien, y todo eso, lo único que me molesta es que existan esos agravios comparativos.
Un besazo.